Un invierno frío no significa que tengas que renunciar a tu actividad al aire libre o a tu rutina de ejercicios. Es una maravillosa sensación pasar tiempo en la naturaleza, bajando por una pista de esquí, y con ello sentir el aire fresco en los pulmones. Por eso, esquiar no es sólo un ejercicio agradable, sino también un placer para la mente.

Esquiar es una buena opción para quemar calorías. Te pasas literalmente todo el día moviéndote y utilizando cada centímetro de tu cuerpo (¡la mayor parte del día en posición de cuclillas!). Aún llevando las pesadas botas que ayudan a que sea un buen ejercicio. Cuando caminas con los esquís, quemas mucho más que al caminar normalmente.

Esquiando se puede quemar entre 300 y 600 calorías por hora. Este tiempo no implica las esperas en la cola, ni el hecho de estar sentado en la telesilla o aerosilla para subir la cuesta. La mitad del tiempo que pases esquiando será cuesta abajo. Así que si esquías durante seis horas en un día, tienes que calcular las calorías quemadas con tres horas de esquí.

Esquiar puede ser muy intenso, sin darse cuenta. La naturaleza que te rodea y la concentración que requiere para bajar la pista mantendrán tu mente ocupada, sin notar que te arden las piernas. Al día siguiente lo notarás ...